La presencia de langostas, aun sin verlas, es siempre un motivo de preocupación, ya que cuando aparecen es muy difícil su control por la gran cantidad de individuos que puede tener una manga, sin importar su tamaño.
Es por ello que el solo hecho de nombrar la palabra langosta siempre genera inquietud en todos los sectores productivos y hasta sociales de cierta región donde se detecta su presencia.
La aparición de mangas de langostas siempre moviliza al sector productivo y a los organismos fitosanitarios y de producción de diversas provincias, que se reúnen para trabajar de manera coordinada con el objetivo de disminuir la densidad poblacional de estos insectos, y evitar de esa manera que los daños que puedan llegar a producir en cultivos y pasturas, sean mayores.
Lo que viene sucediendo con la presencia de mangas no es algo viejo, ya que hace unos años atrás aparecieron en diferentes regiones productoras del país con individuos de la Langosta Sudamericana (Schistocerca cancellata Serville), que ha representado históricamente el mayor problema agropecuario de nuestro país, especialmente, durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. En estos períodos se registraron grandes pérdidas económicas a raíz de los graves daños que realizaron a diversos cultivos.
Después de muchos años sin que sean visualizadas las famosas mangas, que generalmente aparecían a mitad del siglo pasado, en el año 2015 se produjo una explosión demográfica sin precedentes en los últimos 60 años. Desde entonces, esta plaga transfronteriza, ha migrado a Argentina, Bolivia y Paraguay.
Desde esos meses de 2015 a la fecha, su presencia se dio en 10 provincias argentinas y en territorios de Paraguay y Bolivia.
A la langosta se la vio en Salta, Jujuy, Chaco, Formosa, Catamarca, Santiago del Estero, La Rioja, Córdoba, Tucumán y Santa Fe. Se movió por una superficie de más de 7.000.000 de hectáreas (ha), atacando cultivos, montes o pasturas donde la manga se asentaba.
Capacitaciones
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) declaró la Emergencia Nacional de Langosta en el país a través de la Resolución 438-E/2017 y su prórroga, por Resolución N° 1033/2019.
Como decimos, la langosta es un peligro latente, por lo que el Senasa realiza su labor de monitoreo de manera permanente. Además, pide al sector productivo y a la población en general que si observa su presencia, haga la denuncia pertinente.
Debido a esto, el organismo nacional organizó en Tucumán diversas reuniones con langosteros de todo Sud América.
Dentro del ámbito vegetal de los países que integran el Comité de Sanidad Vegetal del Cono Sur (Cosave), entre ellos, nuestro país, Brasil, Paraguay, Chile, Perú y Bolivia, numerosos técnicos se reunieron esta semana en la provincia para realizar una actividad presencial relacionada con el control de mangas de langostas.
Desde el Senasa y a través del coordinador nacional de control de plagas, Héctor Medina, indican que siempre es necesario estar mejor preparados y contar con mayores herramientas para actuar en equipo ante una posible aparición de manga. Este tipo de reuniones es el cierre de un proceso de capacitación que tuvo varias etapas virtuales compuestas por varias clases sincrónicas.
Los referentes de los países vecinos y los técnicos del Senasa coincidieron en la importancia de experimentar en persona los escenarios en donde se pueden encontrar mangas de langostas, para tomar dimensión de las características de esta plaga, conocer su dinámica y alternativas para su control.
Más de 60 langosteros de las provincias del Norte del país cerraron el encuentro en la localidad de Las Cejas, en instalaciones de Agro Alas. Allí hicieron prácticas de pulverización aérea, sumadas a las charlas teóricas que se desarrollaron en la sede de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor).
El Senasa es el organismo coordinador del Programa Nacional de Langostas y Tucuras en nuestro país e informa de manera permanente la situación de la región y dónde se encuentran moviéndose las mangas de langostas. Recibe la colaboración del sector productivo y de otros estamentos del estado. Por ello, el sector productivo y la población en general deben informar y alertar sobre la presencia de los insectos para que los técnicos, que trabajan conjuntamente con las provincias y los productores, puedan actuar en consecuencia.